¡Hace unos días vi Forrest Gump y además de conmoverme y llorar con la peli, pensaba que quiero parecerme más a él!
Se imaginan lo poderoso que sería una versión de uno mismo sin miedo al fracaso, o al qué dirán y simplemente entregarse al placer de vivir, de hacer literalmente lo que sea que a uno le apasione y que las consecuencias, o los resultados sean super positivos.
Así como Forrest, que un día se levantó de su silla y quiso correr sin ninguna razón en particular, y corrió y corrió y corrió y sin quererlo lo hizo por tres años, dos meses, catorce días y dieciséis horas jajajaja y así, a su paso por muchos lugares le dio propósito a mucha gente y hasta ayudó a un par con ideas de negocio ¡Todo lo ordinario que el hacía, se tornaba extraordinario!
A veces solo vemos los miedos y las dificultades que generaría emprender cosas nuevas que nos hagan pioneros de nuestro futuro y decidimos que es mejor quedarnos más cómodos con esa vieja versión de nosotros mismos que ya conocemos y que nos esforzamos tanto por mantener.
A veces, romper el molde se siente bien, dejar ese trabajo que a uno no le gusta, terminar esa relación toxica, irse a vivir a otro país ¡Nuestra vida también puede ser extraordinaria dentro de lo ordinario, y cuando le apuestas a eso, no solo cambia tu vida, sino que también la de la gente que está a tu alrededor y así te vuelves un pionero de tu vida!